La salud mental se define, según la OMS, como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.

Aunque todos en algún momento de nuestra vida hemos experimentado sentimientos de tristeza, ansiedad, insomnio… recordamos que estos síntomas sólo son un trastorno mental cuando provocan malestar de forma significativa y persistente en el tiempo  en la persona hasta el punto de limitarla a nivel social, laboral y en otras áreas importantes para su desarrollo, cuando esto ocurre el acudir a un profesional de la salud mental puede ser una alternativa eficaz para que camine a su lado en la búsqueda que la recuperación del bienestar, un método para llegar a ello es mediante la intervención psicoterapéutica.

En una época de cambio para el adolescente la psicoterapia ayuda en la maduración global de su persona y puede ser un lugar donde resolver los numerosos conflictos que puedan surgir en esta etapa.

Para los adultos sin conflicto y responsables de sí mismos, la psicoterapia es su espacio de crecimiento y desarrollo personal.

Para los adultos en conflicto, la psicoterapia es la mejor herramienta para llegar al origen de dicho conflicto, herramienta que será útil para toda la vida.

Para los mayores la psicoterapia es la oportunidad de cerrar asuntos pendientes, encarar el último tramo de la vida, encontrar el sentido que les de la paz. O resolver conflictos generadores de angustia como en cualquier otra etapa de la vida.